Por muy irónico que parezca aunque estemos en la época navideña y en teoría es tiempo de perdonar y de saber sobreponerse a todas las diferencias que podamos tener con familiares, amigos, ex parejas o el vecino, es cuando más broncas nos aventamos y cuando a los chavos más nos regañan.

Resulta que porque estas de vacaciones de la escuela o estas en los últimos días y ya no tienes obligaciones escolares, te conviertes automáticamente en el flojo de la casa y todo debido a que tus papás siguen trabajando y eso les estresa, además de que tienen compromisos como organizar la posada familiar, conseguir quien haga el ponche o ya tienes a la mamá dándole toda la noche, cortando cañas y tejocotes.

Yo recuerdo alguna travesura que alguna vez hicimos todos cuando niños y ya sea meterle harina con agua a la piñata o ya más grandecitos ponerle el piquete al ponche o mientras todos estaban distraídos cantando y tratando de entrar a la posada nosotros intentábamos robar algunas cervezas pero para nuestra mala suerte siempre nos cachaban.

Es por esto que como nosotros no nos vamos a trabajar ni colaboramos en hacer el ponche, empiezan a caer sobre nosotros todo tipo de regaños, que hasta al niño Jesús meten con regaños como: “En serio que si Jesús volviera a renacer te llamaría Judas”.

Además que ni se te ocurra pedir permiso para ir a una fiesta posada con tus amigos, porque si bien tienen razón en que hemos perdido las tradiciones en las que se acostumbraba prender nuestra velita cantar la posada y las infaltables luces de bengala, ahora mas bien cantamos pero Oaxaca, traemos la vela en todo lo alto y rogamos porque saque chispas nuestra bengala. Pero aún así la respuesta será no, a lo cual nosotros iremos de cualquier forma y nos haremos acreedores a otro regaño.

Somos incomprendidos, pero de que realmente necesitamos un buen regaño es mejor que como dicen por ahí “Un golpe a tiempo”, ya que en todos los sentidos aunque digamos que no, nuestros padres tienen toda la razón, ¡pues claro! Es la voz de la experiencia y si no hacemos caso somos como ovejas descarriadas o perritos sin correa.

Lo importante es que en estas fechas comprendas que los adultos tienen muchas cosas en que pensar, el día que nosotros tengamos hijos va ser nuestra cruel realidad, pero mientras tanto hay que relajarnos, tratar de ayudar en la casa y sobre todo de no meternos en tantos problemas porque si no castigo irremediable. Y tú ¿lo prefieres chiquito o grandote? El regaño claro.