Estas épocas navideñas son ideales para los pretextos y obviamente se necesita una mente joven, fresca y hábil para tener un pretextista profesional, ya que de lo contrario nos quemaríamos al tratar de justificar un acto o de pedir prestado algo argumentando una mentira y que nos sorprendan en el acto.

Cuantas veces nos hemos encontrado en situaciones en las que sabemos que rompimos la foto de graduación de los papás o el reconocimiento de empleado del año que le dieron al abuelo y sabemos que nos hacemos acreedores a un regaño de tamaño tremendo y un castigo aún peor, así que es en ese momento cuando nuestra cabeza esta nerviosa que justificamos la acción de algún modo, como por ejemplo no lo rompí yo, el vecino taladró su pared, se cayó y además me cayó en la cabeza.

Siempre nos hemos caracterizado por tener buenos pretextos, aunque algunos pretextos ya son muy conocidos, como en la escuela, los clásicos de se comió la tarea mi perro, me siento mal me puedo ir a mi casa, en el examen no es que no estudiara, lo que pasa es que nuestras opiniones son diferentes y el peor de todos es que no pude estudiar o traer la tarea o hacer el proyecto porque se murió mi tortuga.

Alguna vez todos hemos matado a nuestros abuelos o tíos o familiares cercanos para justificar faltas en el trabajo o en la escuela y es un pretexto que siempre va estar vigente, solo hay que tener cuidado de no matar a más de dos abuelas, sino seremos vilmente sorprendidos.

El dar un buen pretexto se ha convertido ya en un arte y se requiere de dar todos los detalles posibles para evitar preguntas, obviamente tiene que ser algo creíble, ya que de lo contrario pareceremos mitómanos en potencia.

Tenemos entre algunos ejemplos la de estoy enfermo, pero llega un punto en el que me siento mal o estoy enfermo deja de ser creíble si abusamos de él, en algunas otras situaciones como de pretendientas, el clásico de discúlpame estaba un poco pasado de tragos o el ¿en serio estabas ese día? No me acuerdo.

Pero la navidad y el año nuevo son las mejores fechas para los pretextos, ya que si quieres ir a una fiesta y necesitas que tus papás te presten el carro y ellos no quieren, solo basta con decir, estamos en época de compartir y de ser desprendidos para que te lo presten, además justificas diciendo es la posada de la mamá de Petrita aunque en realidad se trate de la súper borrachera.

Por ahí hay un dicho que dice desde que se inventaron los pretextos se acabaron los pen… tontos, y es muy cierto ya que ahora nadie es responsable de sus actos, si no cumplieron con el informe mensual por flojera, dicen se acabó la tinta de la impresora o mejor aún, estaba por terminar y que se va la luz y me borra todo, o estas a punto de transmitir tu programa de radio y que se cae el servidor (vivencia personal).