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Me dirijo a usted con el afán de tocar las fibras de su conciencia política, esa que debe estar impregnada de vocación de servicio y del entendimiento de que el poder político que ostenta es prestado, siendo no más que un representante de los intereses de todos los mexicanos. Hago un llamado para que cumpla con sus obligaciones.

Todos los oaxaqueños que nos dedicamos a trabajar de forma lícita, respetando un Estado de Derecho que concebimos como la sustancia de la convivencia armónica y el desarrollo social, estamos en profundo desacuerdo con la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que exonera de toda responsabilidad por el secuestro que vivimos en 2006 al ex presidente Vicente Fox Quesada.

No haré un recuento de las decenas de arbitrariedades que cometieron los grupos delictivos asociados a la APPO, que destruyeron nuestra capital en esos años, cuyos responsables caminan tranquilamente por nuestras calles, tampoco es mi afán pronunciarme a favor de ningún partido o personaje político, estoy convencido que usted es la persona con mayor acceso a los expedientes, recopilación de información, a las denuncias y archivos referentes al caso Oaxaca, por eso no seré repetitivo, confío en que se habrá tomado la molestia de documentarse al respecto, repito, porque es su obligación.

Mi afán es dejar claro que si existe un personaje político, una autoridad responsable y directamente vinculada a la afectación que millones de oaxaqueños vivimos, en nuestra libertad de expresión, libre tránsito, dignidad y propiedad, ese es indudablemente Vicente Fox Quesada, un militante de su partido, un funcionario público que ocupó su puesto, un actor que comparte su misma ideología y al cual usted, y las instituciones de la patria, están obligados a llamar a cuentas.

Desde luego, usted no va a desacreditar una administración panista, ni se va a conflictuar con la dirigencia y militancia de su partido, no va a señalar a un amigo o compañero, aun teniendo plena conciencia de su culpabilidad, usted no va a exponer a su grupo político a la evidencia mediática, a la opinión pública, mucho menos a las instituciones administradoras de justicia en nuestro país. Usted no tiene el valor de hacerlo.

Señor presidente, a la mayoría de oaxaqueños que apostamos por la democracia y el estado de derecho, nos gustaría creer que sí lo tiene.

Si en su discurso no pierde la oportunidad de mencionar que su lucha contra el crimen organizado está revestida de valor, compromiso y decisión, y que además asume los costos políticos, económicos y sociales, entonces demuestre que todos esos valores son más que formas simbólicas de relleno, haciéndole saber a su partido, a las instituciones y a los mexicanos, que uno de sus militantes más distinguidos abandonó a un Estado de la República y a sus habitantes en su envestidura de titular del Poder Ejecutivo.

Repito, es su obligación.

Millones de oaxaqueños no podíamos salir a las calles pues estaban tomadas por grupos delictivos, nos era imposible trasladarnos a nuestros centros de trabajo; en una ciudad que vive de los servicios, miles de trabajadores perdieron su empleo, decenas de ciudadanos fueron agredidos, sus vehículos maltratados, comercios saqueados, vías de comunicación obstruídas y una retahíla de etcéteras, asuntos que es imposible que usted desconozca y que siguen impunes.

Felipe Calderón Hinojosa, un miembro de su partido evidenció una terrible ineptitud en el manejo de los acontecimientos en Oaxaca en ese año, si en lo precedente o ulterior de su administración, o en asuntos ajenos tomó ,o no, buenas decisiones, no es materia de este texto, pero resulta innegable que para Oaxaca 2006, no pudo ser peor su desempeño.

Vicente Fox Quesada merece ser llamado a juicio por la institución que hoy lo deslinda. Usted lo sabe, deje de pensar en términos electorales, deje de velar por sus intereses personales, deje de fortalecer a su partido antes que a su país, el daño que su incompetencia e ignorancia le hicieron a Oaxaca es irreversible. Repito, es su obligación.

Usted y cada uno de los jueces de la Suprema Corte de Justicia deben su sueldo a todos los mexicanos, su partido debe su presupuesto a todos los mexicanos, respondan a los oaxaqueños que hoy demandamos justicia real y no electoral, no partidista.

Justicia humana.

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