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Luego de que Sven-Göran Eriksson, timonel del Tri, llamó a cuatro naturalizados previo al partido amistoso contra Suecia del próximo 28 de enero en Oakland, California, muchas personas del medio futbolístico, reiteraron su rechazo por la convocatoria de estos elementos no nacidos en México. De cara al duelo ante Suecia, Eriksson convocó a los naturalizados Sinha, Leandro Augusto, Lucas Ayala y Vicente Matías Vuoso.

Lo que declaró Guillermo Ochoa acerca de la regularización de los naturalizados en la Selección Mexicana, no tiene razón de ser... Él dice que si nos gustaría ver once naturalizados en la alineación titular... Por supuesto que no, aunque hay selecciones que llevan hasta ocho o nueve jugadores naturalizados... Francia es uno de ellos, Holanda... y son grandes países futbolísticos... Me parece que un naturalizado tiene las mismas oportunidades que un mexicano, por derecho constitucional... Ahora, si el jugador naturalizado no hace diferencia en la selección nacional, no tiene que ser llamado...

El que haya jugadores naturalizados es parte fundamental en el fútbol mundial.. El Mundial de Sudáfrica va a tener más que nunca jugadores naturalizados en las selecciones.... Encabezados, como ya lo había dicho, por Francia, Holanda y muchos países importantes, incluso Alemania que tiene dos delanteros polacos.

Por supuesto que estoy de acuerdo con Memo Ochoa... Hay que poner un límite sobre los naturalizados...No es cuestión de que tengan o no tengan derechos o no es cuestión de pasaportes... Es cuestión también de sentido común. Hay que poner un límite porque se necesita mantener un mínimo de identidad y lo que sea de cada quien, muchos jugadores naturalizados pueden tener clase y categoría, pero cariño, amor, identidad por lo que somos es muy difícil..

Se puede dar el caso, como lo dijo Memo, de que un día estén 11 naturalizados... Legal sí.. pero ¿Lógico y normal? a mí no me parece..

La discusión en torno a lo positivo o no de incluir naturalizados en la Selección Mexicana, siempre ha tenido un punto de partida irrefutable y contundente: la falta de trabajo en fuerzas básicas y la actitud comodina de la mayoría de los directores técnicos de nuestro balompié. La lógica en este sentido es que mientras no haya producción, el seleccionador nacional en turno, llámese como se llame, no dispondrá del material humano necesario para cumplir con lo que se le exige.

Oswaldo Sánchez, muchas veces errado en sus comentarios, fue frío al momento de responder a los medios. Sin miedo, y con la verdad de su lado, advirtió que los naturalizados llegaron al equipo tricolor por el mal trabajo que se ha realizado en Fuerzas Básicas, a lo que habría que sumar la dramática escasez de jugadores nacionales del mediocampo hacia el frente.

La razón que orilla a Eriksson, y que antes había impulsado a un escenario semejante a Ricardo La Volpe, Hugo Sánchez y Javier Aguirre, es real. Los afectados tienen la posibilidad de elegir entre dos opciones. La de respetar el origen mexicano o la de buscar en otros lo que no encuentran en el jugador nacional. La decisión de Eriksson está clara, y resulta entendible, sobre todo si se toma en cuenta la mentalidad europea, en la que existe una mayor apertura en comparación a nuestra ideología.

Como tema ligado a este tópico, es menester rescatar los comentarios vertidos por Raúl Arias, quien sigue criticando a diestra y siniestra sin siquiera predicar con el ejemplo. El hoy técnico necaxista afirmó que se está abaratando la camiseta de la oncena tricolor y pidió a los jugadores mexicanos que levanten la mano para pedir un lugar. La mala noticia para Arias es que no resulta creíble en sus palabras, pues si así fuera, si en verdad defendiera a capa y espada lo mexicano, no tendría un cuadro plagado de extranjeros del mediocampo hacia el frente. El estratega de los Rayos exige, pero no tiene el tacto para apoyar a los mexicanos y sí en cambio, se llevó a los extranjeros del San Luis y América para poder salvar a los Rayos.

El día en que los equipos mexicanos, incluyendo al Necaxa de Arias, se la jueguen con elementos mexicanos, habremos dado un paso hacia el frente. La idea primaria de contratar extranjeros tendría que ser la de fortalecer a una escuadra, y no la de ocupar un sitio que sin problema alguno podría ser poblado por un jugador nacional. Arias defiende lo mexicano sólo de dientes para afuera

De Cara a la Guerra Fría en Columbus...

A tres semanas de la visita a Columbus, nuestros jugadores y entrenadores siguen sin conocer verdaderamente al fútbol estadounidense. Se defienden conceptos equivocados y que reflejan ese desinterés: No puedo creer que algunas personas sigan destacando que ellos están mejor dotados físicamente cuando la capacidad atlética de los futbolistas mexicanos y de nuestro campeonato es infinitamente superior a la MLS..

A mí tampoco me gustó lo que dijo Alexis Lalas, pero entiendo un poco el sentimiento de revancha que ellos buscan en cada enfrentamiento con México (aún cuando ellos últimamente llevan la delantera). El ex defensa estadounidense y actualmente comentarista de ESPN declaró refiriéndose a los mexicanos “Los odio… los odio… Por eso quiero aplastarlos…" De inmediato, me puse a pensar quién era el personaje mexicano más indicado para contestarle: ¿Cuauhtémoc Blanco? ¿Hugo Sánchez? ¿Jorge Vergara? ¿Molotov? ¿El Subcomandante Marcos? ¿El Chapulín Colorado?...

En estos tiempos vacilantes para la Selección Nacional, había tres o cuatro futbolistas incuestionables en la alineación y uno de ellos era Andrés. Sin él, queda huérfana la banda izquierda. Además hay que apuntar esa baja a las de los suspendidos Gerardo Torrado, Carlos Vela, y Fernando Arce, así como Johnny Magallón y Aarón Galindo que están en plena recuperación y que tampoco estarán listos para enfrentar un duelo de máxima exigencia futbolística y semejante carga emocional. Y le sumamos la lesión del Capitán Rafael Márquez, el panorama se ve frío, pero nuestra Selección debe de mostrarse con personalidad y si bien existen bajas sensibles, hay más jugadores de nivel que pueden dar la cara por México.

Creo que la respuesta a la lesión de Guardado se encuentra en la historia del reciente equipo nacional. ¿Acaso no es este el momento de llamar a Ramón Morales y a Braulio Luna? Ambos son mundialistas, tipos que saben exactamente cómo disputar ese partido en la gélida Columbus, jugadores que no se intimidarán ante las provocaciones de los estadounidenses o las amenazas mediáticas de Alexi Lalas.

La batalla en Columbus ya comenzó a disputarse.

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