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Es muy común escuchar en todas partes la palabra suerte, es decir hagamos lo que hagamos, ya sea desde presentar un examen, una exposición o simplemente llegarle a una chava o hacer una maniobra en los patines o la bicicleta escuchamos que nos desean suerte, así sea tu papá, mamá, amigos, novia o quien sea, pero la pregunta es ¿verdaderamente necesitamos una mano del destino o simplemente necesitamos de nosotros mismos?

Porque si lo piensas bien la mejor manera de que te vaya bien en un examen es estudiando, porque así le ruegues a Dios o a Buda o a quien tu quieras si no estudiaste será muy probable que repruebes, pero que pasa si no estudiaste nada y casualmente el profesor se enfermó y no se aplicará el examen a eso es lo que le llamamos suerte, entonces bien, sabemos que tendremos suerte si no llega el profesor, pero que pasará si llega, es donde nosotros dependemos de el azar.

Podemos empezar definiendo que es la suerte es la creencia de sucesos afortunados o desafortunados basados en supersticiones, es decir echarle a alguien la culpa de nuestra logros o fracasos pero de verdad existe la suerte.

Según la opinión de algunos especialistas coinciden en su manera de definir este azar y nos dicen que la suerte no existe solo son acciones inconscientes buenas o malas en el transcurso del día. La gente suele decir que tiene buena o mala suerte sin pensar o meditar lo que ha hecho inconscientemente. Empieza desde que te levantas de la cama y decides con que cristal verás el mundo. De hecho está comprobado que el 90% de las acciones dependen de nosotros, y el otro 10% esta fuera de nuestro control, o sea depende de la acción inconsciente o consciente de los demás.

Ahora talento bajo la definición de un diccionario dice que se puede considerar realmente como un potencial. Lo es en el sentido de que una persona dispone de una serie de características o aptitudes que puede o no llegar a desarrollar, o desplegarlas a un ritmo mayor o menor en función de diversas variables que se pueda encontrar en su desempeño. En palabras más comunes los jóvenes lo definen como una virtud con la que naces pero que solo a base de práctica podrás desarrollarlo para poder perfeccionarlo y de esa manera convertirte en un experto o profesional de algo.

Pongamos un ejemplo ya muy sonado si estamos jugando una partida de tenis y en un golpe a la pelota esta rebota en la red y se desliza sobre la parte de arriba de ésta, en donde caerá eso es el golpe de suerte, tanto puede caer de tu lado y que pierdas como puede descolgarse del otro lado y que ganes, ahí se favorece a la “suerte” pero que tal si lo analizamos de otra forma, es decir si tu fueras un súper talento para el tenis no hubiera quedado tu pelota en la red, porque hubieras sabido como golpearla para que la sobrepasara.

Cuantas cábalas conocemos para la suerte, ya sea para la buena o la mala es decir el martes 13 es el día de la mala fortuna y no es que seas supersticioso pero no pasas ni por debajo de una escalera y si ves un gato negro hasta le corres para no encontrártelo de frente, aunque si por azares del destino rompiste un espejo ya mejor tirate de un edificio porque vas a estar salado toda la vida que por cierto hablando de sal el pasarlo de mano en mano es hasta ofensivo para unas personas, aunque siempre hay un antídoto para todo y si tomas la sal de la mano de alguien solo con tirar un poco por arriba de tu hombro derecho bastara para romper la maldición.

De la misma manera todos tenemos nuestra camisa de la suerte o para los futbolistas el chicle que escupió el “Cuauh” en la final de la libertadores o para los que les encanta la actuación ya saben esas expresiones que se dicen antes de subir a escena tanto la de mucha mierda como la de rómpete una pierna.

Podemos decir que la suerte es algo que necesitamos exista o no, simplemente es algo que nos hace estar más seguros de nosotros mismos y si es cierto que hay algo mágico y espiritual que algunas veces está a nuestro favor y otras no, pero que aparece y modifica todo, pues entonces hay que agradecerle muchas cosas y en caso de que no pues entonces de todas formas agradecérselo porque en algo tenemos que creer ¿no?

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