Infominuto portal de noticias de Oaxaca

"Para mí hay tres personas que entendieron el avance político de este hemisferio: George Washington, Simón Bolívar y mi presidente Vicente Fox. Y sé muy bien lo que estoy diciendo, porque esta es una cosa que nunca ha pasado".

Fueron éstas las palabras de Edward James Olmos, actor y activista de origen hispano, en una reunión celebrada en los pinos en el año 2000, cuando Vicente Fox era el popular personaje de camisa arremangada que daba forma humana a las esperanzas políticas y sociales de todos los mexicanos.

El representante de la causa migratoria en los Estados Unidos fue uno más de los incautos que se dejó seducir por el manto mediático que envolvió a nuestro pictórico ex presidente, pues le dio el carácter de estadista y libertador por el simple hecho de abanderar un cambio de estafeta en el ejecutivo federal. Las profecías no se cumplieron.

El mismo escenario se presenta 9 años después con Barack Hussein Obama II., quien ha sido tomado como símbolo de la reivindicación minoritaria y de la causa migratoria, por lo menos desde el análisis mexicano, descontando que a nivel mundial se ha convertido en el ícono de la conciliación, del resurgimiento económico, de la paz mundial y del liderazgo.

Es tanta la esperanza que se ha depositado en este personaje, que la Marvel Entertainment Inc, la más famosa casa editorial de historietas, tomó la imagen de Barack Obama para incluirla en una de sus publicaciones, situando al nuevo presidente al lado de “El asombroso hombre araña”, para combatir al incesante mal que acecha a los norteamericanos. Cabe señalar que el número se agotó a tan solo horas de haber salido a la venta, y en subastas por Internet ha pasado de un costo de 4 a 227.50 dólares.

¿Por qué no se puede ser tan optimista?, en primera instancia, por que Obama está obligado a responder ante la crisis económica de los propios estadounidenses más que a cualquier otro conflicto o pendiente internacional. El equipo de Obama y el Congreso estadounidense, tienen en la línea de salida 825 mil millones de dólares, que serán distribuidos en recortes fiscales, inversión, programas de asistencia alimentaria, becas de estudio, y ayuda a los estados.

La mira de estos disparos millonarios no apunta hacia México, ya que las políticas proteccionistas que por tradición ejerce el partido demócrata se perfilan como las más adecuadas para una de las naciones de mayor endeudamiento en el orbe. Sin duda el cambio exigido al nuevo mandatario tendrá que darse de dentro hacia fuera; Cuba, Guantánamo (en la misma isla), Israel, Irak y México sin duda tendrían que esperar algún tiempo para conocer las supuestas bondades del nuevo sueño americano cumplido.

Sin duda, las esperanzas de que el ascenso de Barack Obama al trono norteamericano se refleje en una mejoría para la economía mexicana habrán de empezar a cristalizarse en materia de migración. Puede pensarse, sin rayar en la ficción, que el trabajador mexicano dejará de ser un fugitivo en tierras estadounidenses, que su fuerza de trabajo será valorada en lo humano y en lo salarial, que la tramitología será benévola cuando justifiquen sus afanes laborales y productivos. Recordemos que desde la década de los 40, con la implementación del programa “Bracero”, México envía un importante flujo de trabajadores a su vecino del norte; existen cerca de 1 millón de oaxaqueños que conforman la mano de obra latina en los Estados Unidos; siendo así, un buen comienzo en la reestructuración de esta relación bilateral será la atención, defensa y redefinición de la situación migratoria, no solo de México, sino de todos los río de población que desembocan en Estados Unidos.

Comentarios

Añadir nuevo Buscar

3.26 Copyright (C) 2008 Compojoom.com / Copyright (C) 2007 Alain Georgette / Copyright (C) 2006 Frantisek Hliva. All rights reserved."